Conoce la gestión del conflicto desde la comunicación no violenta. Aprende el cuidado de la relación humana entre padres hijos parejas.
Las relaciones humanas son la base de la evolución del alma humana. En ellas encontramos las mayores alegrías y realización y las peores penas y estímulos de sufrimiento. La relación entre padres e hijos es un recipiente donde se alcanza mucha intensidad en esta afirmación. De los hijos no podemos divorciarnos, ni cambiar como hacemos en lo laboral. Aquí no hay otra salida que no pase por vivir la experiencia, aprender y crecer.
La forma de comunicarnos, la forma de enfocar y gestionar el conflicto, es decisiva a la hora de realizar acciones que acercan o que alejan, que cuidan y fortalecen o desgastan y rompen la relación.
Una relación es la suma de muchas acciones a lo largo de años, en un sentido un otro, alejando o acercando.
La comunicación no violenta nos ayuda a parar, escuchar, sentir, traducir los conflictos en las necesidades que cada parte de la relación quería cuidar, con formas poco acertadas, dolorosas, ineficaces, ofensivas.
Nos enseña a mirar la necesidad en lugar de quedarnos solo en juzgar y rechazar la estrategia.
También nos enseña a realizar duelos, para aligerar la carga y el dolor de lo que no pudo ser de otra forma, para poner nuestra energía en la vida que se manifiesta cada día y que está esperando a que la vivamos plenamente.
Aprender a gestionar el conflicto, traducir acciones en necesidades, usar la mediación es necesario. Mirar y vivir el duelo es necesario para sanar. Aprender a perdonar por lo que dolió. Todo esto deja el espacio necesario para que fluya el amor que nunca se marchó… Pero que a veces llegamos a olvidar.
Perdonar a nuestros padres, nos permite perdonarnos a nosotros como hijos y como padres. Desde ahí enseñamos con el ejemplo el perdón a nuestros hijos. Y ellos algún día, quizá… podrán elegir perdonarnos y enseñárselo a sus hijos.
Si no tienes hijos, te servirá para ti y para todas las relaciones que te importan en tu vida, empezando por tu relación contigo… ¿A qué esperas?